¿Cómo es el espacio de nuestros talleres?

Nuestro Programa contempla la realización de 9 talleres anuales durante dos años sobre Derechos Sexuales y Reproductivos. Cada año participarán 120 estudiantes de seis establecimientos educacionales de las comunas de Valparaíso y Casablanca, es decir, se beneficiarán 240 en total. A algunas de estas estudiantes, les preguntamos su opinión del Programa y los talleres en que han participado.

Hablamos con Sofía Pino Maldonado, del Liceo Manuel de Salas. Nos comenta que su experiencia este año en el Programa “ha sido totalmente grata. Fue un abrazo al corazón, un lugar seguro donde yo me pude expresar sin miedo. Hay sororidad, un ambiente muy sororo que me encantó sentir por parte de todas mis compañeras, que con algunas incluso no nos conocíamos y al interactuar fuimos creando esos lazos para poder estar mejor en el taller”. Sobre las temáticas del taller, bajo su opinión son “muy relevantes y ahora en la sociedad se tienen que hacer presentes, sobre todo nuestros derechos, ya que muchas veces se nos vulnera el hecho de nuestra sexualidad. En especial a las niñas y a las mujeres, que se nos reprime un poco el hecho de nuestra sexualidad, que quizás solo lo ven relevante hacia el embarazo, pero ¿dónde queda nuestra salud menstrual?”.         

Del mismo Liceo, Rayen Marilaf Valladares, explica que “han sido talleres muy buenos. Me han gustado mucho por el tema de la seguridad que nosotras como adolescentes podemos tener al momento de explayar nuestras ideas, de contar nuestras experiencias o nuestras inquietudes que nosotras mismas como estudiantes, niñas, jóvenes, hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Ha sido un espacio seguro para todas y todos en sí. En los talleres hemos podido tener un poco más de confianza en nuestras propias compañeras y también aprender a educar a nuestra comunidad, que eso es importante también”.      

En tanto, Delia González Soto, estudiante de la Escuela Domingo Ortiz de Rozas, tiene como expectativa “aprender y resolver dudas que tengo. Del primer taller me quedó muy marcado los derechos de las mujeres y cómo antes había mucha desigualdad, entre el hombre y la mujer, y como que ahora igual ya está cambiando eso”. En esta Escuela, el taller está en su segundo año de ejecución y, en ese sentido, ella “ya había escuchado hablar de unas niñas que son más grandes, que son mis amigas y me habían hablado (del Programa) y me llamó la atención; dijeron que era un lugar súper seguro. Cuando me dieron la oportunidad de poder participar, quedé súper contenta”.  

Estudiantes del Programa 2023

Nacha Uribe, estudiante del Liceo Pedro Montt, opina que el espacio fue “bastante dinámico, no es como una clase, que una siempre se espera cuando te presentan un taller. Es un ambiente súper cómodo, yo me siento cómoda. Lo que más me ha gustado del espacio es el respeto que se tiene. Hay niñas que están en el taller que no comparto con ellas, pero me gusta que las cosas que se cuentan ahí siempre se quedan ahí, no es que te juzguen por ello; entonces una puede hacer una pregunta, que a lo mejor es muy obvia para otros, pero las personas que están ahí no te van a juzgar, eso es bonito”.

En el Colegio Joaquín Edwards Bello, Marisel Rivero explicó que se sintió cómoda en el espacio y que “siempre se está conociendo gente nueva, siempre llega una tallerista diferente y eso es bacán”. Su compañera, Isabel Valenzuela, comparte su opinión: “es bueno que haya distintas talleristas para ir conociendo y aprendiendo lo que ellas nos quieren enseñar”.

Para Javiera Contreras, de la Escuela Domingo Ortiz de Rozas, fue “un ambiente agradable de venir porque una sabe que va a estar en confianza, va a recibir mucha información que uno necesita saber como mujer cisgénero. Son cosas que uno no sabe y te informan con todos los buenos tratos que pueden existir y es muy bonito ser parte de esto, porque yo me siento afortunada. Yo tengo amigas fuera de este establecimiento y preguntan cosas, cosas que yo he aprendido aquí y voy, las explico, les cuento, a veces les paso los folletitos que dan y es súper entrete”. Por último, al compartir con sus compañeras del taller, le sirvió “para aprender otras experiencias, otras perspectivas, otras dudas que ellas tenían y yo no había pensado en ellas y yo sabía de antes; con las chiquillas hemos podido conversar, ayudarnos. Ha sido un crecimiento personal en todo aspecto”.